Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://carlyxwlt341735.bloguerosa.com/37319387/el-gesto-de-zidane-que-dio-la-vuelta-al-planeta